jueves, 10 de diciembre de 2009

Esquema de ideas del trabajo final


'La máquina de habitar'


Una de las concepciones más sobresalientes, y que le valió la sorpresa de los más tradicionalistas, fue su visión de la vivienda como una 'máquina de habitar'. Hay que tener en cuenta que aquellos eran tiempos de revolución y progreso en los que surgieron medios de transporte como aeroplanos, transatlánticos y los hoy comunes automóviles, pues bien, Le Corbusier ponía en la misma línea a las casas, como un producto de la industria: "la casa debe ser el estuche de la vida, la máquina de felicidad". Hablando de la arquitectura, este gran desarrollador la concebía como "la puesta en orden del problema considerado. Arquitectura es una palabra reciente, antes no hacía falta. Y ahora hay tantos arquitectos, que hay que proteger su vocación. Si me pregunta dónde está la arquitectura, yo contesto: por doquier". Llegó a proclamar sentencias tan definitivas como ésta: "todo el pensamiento humano actúa sobre estándares, busca situarse en relación con temas esenciales, escogidos, ultimados y afinados cada vez más, en lugar de divagar en la cacofonía. El estándar lleva a la perfección, lleva a reconocer elementos permanentes en las cosas. Esa búsqueda nos lleva hacia el hombre, hacia la presencia humana".

Al llegar el ocaso de su vida afirmó: "trabajé por lo que más necesitan los hombres hoy: el silencio y la paz".

Le Corbusier es conocido por su definición de la vivienda como la máquina para vivir. Con ello, Le Corbusier ponía en énfasis no sólo la componente funcional de la vivienda, sino que esta funcionalidad debe estar destinada al vivir, comprendiéndose esto último desde un punto de vista metafísico. Le Corbusier creía que el objetivo de la arquitectura es generar belleza (muy conocida también es su frase: la Arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz), y que ésta debía repercutir en la forma de vida de los ocupantes de los propios edificios. En cuanto al criterio de «máquina de habitar», Le Corbusier estaba deslumbrado por las entonces nuevas máquinas: en especial los automóviles y aviones, considerando aquellos que tenían diseños prácticos y funcionales como modelo para una arquitectura cuya belleza se basara en la practicidad y funcionalidad; el racionalismo.

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