domingo, 10 de enero de 2010

“La Arquitectura como Máquina y para el Hombre”

INTRODUCCIÓN
En 1957, Luís Gutiérrez Soto desarrolla una de sus obras claves en el terreno de la vivienda colectiva, al resumir en ella uno de los tanteos que venía elaborando en la asimetría, juegos de volúmenes y de textura.
Un elemento-torre tratado superficialmente con aplacados y huecos en reja, articula con otros dos grandes volúmenes más bajos con predominio de las bandas horizontales y las terrazas, resolviendo el encuentro y los desniveles de la calle de forma excelente. La apariencia distinta de los volúmenes del edificio hizo pensar en diferentes usos del edificio, cuando lo cierto es que únicamente se destina a viviendas.Básicamente los distintos modelos de planta desarrollan un programa equivalente de viviendas, que se resuelve en dúplex y terraza de esquina en el extremo de María de Molina y en un sólo nivel en el resto del frente, con terrazas corridas y centradas por cada vivienda, igual que en el elemento torre, en el que sin embargo, se ocultan tras una reja vertical de hormigón. En cambio, en el volumen de la Castellana se presenta con terrazas al Sur y galería corrida al oeste.
Después de esta breve descripción del edificio estudiado, me realizo la siguiente pegunta: ¿Cómo escribir -sobre un tema lo suficientemente complejo y profundo- a partir de un edificio de viviendas que pasa desapercibido en la castellana?
De esta forma el documento se concebirá como la intersección y relación de estos dos temas: la interacción de las máquinas con el medio arquitectónico y el problema de social de la arquitectura.
Especialmente entre los 1890 y 1940, se adentra una nueva cultura (¿la “era de las máquinas”?), la sociedad moderna está en plena refundición, la máquina ha transformado todo; la revolución ha seguido en cien años, un ritmo fulminante. Sobre todo en el mundo de la arquitectura, que tiene una importante misión cultural prestando un nuevo servicio al hombre. Sería la búsqueda de la manifestación del pasado en una equivalencia de los tiempos modernos.
Edificios de viviendas (Castellana 68) de Luís Gutiérrez SotoEste nuevo acontecimiento –la era de las máquinas- propicia un gran cambio en la forma de hacer y pensar arquitectura, pero sobre todo, en la vida de las personas de la ciudad. Por lo que estudiaré tanto los cambios en la arquitectura como el cambio de mentalidad y la visión del hombre.
INFLUENCIA CLÁSICA
¿Como cambiar el ideal de arquitectura como arqueología?
La arquitectura debía de ser arqueología, a despecho de las corrientes del momento, plasmas en el primer Estilo Internacional. No importaba el lugar ni la circunstancia: o el arquitecto proyectaba una réplica de un templo romano o no era un verdadero arquitecto. La arquitectura espoleada otra vez por la realidad, por la historia, es decir, la arquitectura no era autónoma en si misma.
Pero, una cosa eran las normas y otra el mundo real, totalmente contradictorio. En ese mundo empezaba a marcharse por otro camino. La Revolución Industrial era algo innegable que había hecho su aparición con todas las consecuencias. Con ella habían llegado nuevos sistemas de producción, nuevos materiales de construcción, nueva formas de vida llegado el momento de unir los conceptos de arte y tecnología. Lo que propiciará primero un cambio en la mentalidad de las personas y como consecuencia un cambio en la forma de ver arquitectura.

CAMBIO DE MENTALIDAD
Durante estos diez siglos anteriores, el hombre ordenaba su vida de acuerdo a sistemas calificados de “naturales”; emprendía él mismo su trabajo, lo llevaba a buen fin, teniendo toda la iniciativa de su pequeña empresa; se levantaba con el sol y se acostaba con la noche, dejaba las herramientas con la preocupación de su trabajo en curso y las iniciativas que tomaría el día de mañana. Trabajaba en su casa, en un pequeño taller, con su familia, la vida familiar transcurría plácidamente. Y la sucesión de esfuerzo y ganancias se realizaban sin choques y la familia hallaba su provecho. Ahora bien, cuando la familia encuentra satisfecha, la sociedad es estable y susceptible a perdurar. Esto concierne a diez siglos de trabajo de acuerdo al módulo familiar y también podría referirse a todos los siglos pasados hasta mediados del siglo XIX.
Pero veamos, hoy en día, que el mecanismo de la familia está profundamente perturbado. La industria ha llevado a la habitación en serie; las máquinas colaboran íntimamente con el hombre; la selección de la inteligencia se hace con una seguridad imperturbable: peones, obreros, capataces, ingenieros, directores, administradores, cada cual en su lugar. De tal forma, que en la vida familiar se produce una rotura, las viviendas solo son lugares en los cuales refugiarse cuando no se trabaja. Les impiden proseguir con calma el desarrollo de su existencia, que consiste en crear una familia y vivir, como todos los animales de la tierra y como todos los hombres de todos los tiempos, en el seno de esa familia organizada.

VISIÓN DEL HOMBRE
“El hombre siente, en el día de hoy, que necesita un esparcimiento intelectual, un descanso corporal y la cultura física necesaria para resarcirse de las tensiones musculares y cerebrales del trabajo. Ahora bien, la sociedad no tiene nada preparado para responder a ello.”
Cuando los obreros lleguen a sus casas con una economía precaria, y no vean una relación directa con la calidad de su trabajo, llegando a ver una gran mancha en su futuro y ver peligrar la unidad familiar. Si lo hacen, comienza un largo y lento martirio personal. Por lo que esas gentes revindican los derechos a que la máquina de habitar sea simplemente humana.
El obrero, el intelectual, no puede seguir los mandatos profundos de la familia; manejan cada día, la herramienta de la época, pero no tienen la facultad de emplearla para ellos mismo. No hay nada más Todo esto tenía el trasfondo de los recientes acontecimientos mundiales: la Gran Guerra, la Revolución Rusa, Wilson, la Sociedad de Naciones…Esto impulsa hacia una idea de un nuevo orden internacional en el que la ingenuidad capitalista fuera orientada de algún modo hacia la mejora de las sociedades modernas.

COMO CONSECUENCIA
Y pasando de una cosa a otra, después de que se han producido en las fábricas tantos cañones, aviones, camionetas y vagones, como consecuencia de la guerra, uno se dice: ¿No se puede fabricar casas? Este en un estado de espíritu muy acorde con la época.
No hay nada listo pero se podría hacer todo.
En los próximos veinte años la industria habrá reunido los materiales fijos, semejantes a los de la metalurgia; la técnica habrá llevado más allá de todo lo que conocemos la calefacción, la iluminación y las formas de construcción racional.
Las obras ya no serán una cosa esporádica, donde todos los problemas se complican y amontonan; la organización financiera y social resolverá, con métodos concertados y potentes, el problema de la vivienda, y las obras serán inmensas, dirigidas y explotadas como administraciones. Los lotes urbanos y suburbanos serán vastos y ortogonales, y no desesperadamente irregulares; permitiendo el empleo del elemento en serie y la industrialización del la obra.
Ejemplo claro de la gran evolución de las máquinas Posiblemente se terminará de construir a medida. La fatal evolución social habrá transformado las relaciones entre inquilinos y propietarios, modificando los conceptos de vivienda, y las ciudades serán ordenadas, en lugar de caóticas. Las casas ya no será esa cosa pesada y que pretende desafiar a los siglos, el objeto opulento por el cual se manifiesta la riqueza; será una herramienta como los es el auto. La casa ya no será una entidad arcaica, pesadamente arraigada en el suelo por profundos cimientos, construida con firmeza.

EFECTOS
Los primeros efectos de la revolución industrial en la “construcción”, se manifiestan mediante esta etapa primordial: el reemplazo de los materiales artificiales, de los materiales heterogéneos y dudosos por los materiales homogéneos y probados en ensayos de laboratorios y producido por elementos fijos. El material fijo debe reemplazar el material natural, variable asta el infinito.
“La formidable actividad industrial presente, de la cual es forzoso preocuparse mucho, pone ante nuestra impresionante, y cuya razón de ser nos preocupa, nos maravilla y no inquieta. Todos eso objetos de la vida moderna terminan por crear un cierto estado de espíritu moderno. Paseamos entonces nuestros ojos, asustados, sobre las viejas podredumbres que son nuestras viviendas, que nos oprimen con su contacto cotidiano, desprovisto de utilidad y de rendimiento. Por todas partes se ven máquinas que producen algo y que lo producen admirablemente, con pureza. La máquina que habitamos es un trasto viejo. No hay un puente entre nuestras actividades cotidianas de la fábrica, de la oficina, del banco, sanas, útiles y productivas, y nuestra actividad familiar estorbada en cada aspecto”

VISION DE LA ARQUITECTURA
Las innovaciones constructivas son tales, que los viejos estilos no pueden ocultarlas. Hay una novedad tal en las disposiciones y en los nuevos programas industriales o urbanos, que nos obligan a entender las leyes profundas y verdaderas de la arquitectura, el ritmo y la proporción.
Por fin, podremos hablar de arquitectura, después de tantos silos, fábricas, máquinas y rascacielos. La arquitectura es una obra de arte, un fenómeno de emoción, situado fuera y más allá de los problemas de la construcción. La construcción tiene por misión afirmar algo; la arquitectura, se propone emocionar.

“La emoción arquitectónica se produce cuando la obra suena en nosotros al diapasón de un universo, cuyas leyes sufrimos, reconocemos y admiramos. La arquitectura consiste en armonías en pura creación del espíritu.”
“La arquitectura se encuentra ante un código alternado. Las innovaciones constructivas son tales, que los viejos estilos (…) no pueden ocultarlas (…). Hay una novedad tal en las disposiciones y en los nuevos programas industriales, locativos o urbanos, que nos obliga a entender las leyes verdaderas y profundas de la arquitectura, el ritmo y la proporción.”
“¿Es así? ¿La casa-herramienta, la “máquina de habitar”, se ha convertido en modelo corriente? ¿La máquina de habitar cómo? ¿Cómo ayer como hoy? La respuesta no es segura.”
“Todo espacio realmente habitado contiene la esencia del concepto de hogar, porque allí se unen la memoria y la imaginación, para intensificarse mutuamente. En el terreno de los valores forman una comunidad de memoria e imagen, de tal modo que la casa no sólo se experimenta a diario, al hilvanar una narración o al contar nuestra propia historia, sino que, a través de los sueños, los lugares que habitamos impregnan y conservan los tesoros del pasado. Así pues la casa representa una de las principales formas de integración de los pensamientos, los recuerdos y los sueños de la humanidad. Sin ella, el hombre sería un ser disperso.”
“La casa es la misión más noble y más grande de la arquitectura; tiene el arte de la función y de la perfección; enseñará una forma de vida, proporciona a la sociedad los goces esenciales del vivir. “

A partir de estas citas, en las cuales podemos recoger algunos aspectos característicos del funcionalismo, en arquitectura, por el cual el arquitecto que diseña un edificio debería hacerlo basado en el propósito que va a tener ese edificio. Esta declaración es menos evidente de lo parece en principio, y es motivo de confusión y controversia dentro de la profesión, particularmente a la vista de la arquitectura moderna.
En los primeros años del siglo XX, el arquitecto de la Escuela de Chicago Louis Sullivan popularizó el lema la forma sigue siempre a la función para recoger su creencia de que el tamaño de un edificio, la masa, la distribución del espacio y otras características deben decidirse solamente por la función del edificio. Esto implica que si se satisfacen los aspectos funcionales, la belleza arquitectónica surgirá de forma natural.
Sin embargo, “la forma sigue a la función” expresa una idea significativa y duradera.

En los años setenta, el preeminente e influyente arquitecto americano Philip Johnson sostenía que la profesión no tiene ninguna responsabilidad funcional de ningún modo, y ésta es una de las opiniones que prevalecen hoy día. Jhonson dijo “No sé de dónde vienen las formas, pero no tienen nada que hacer con los aspectos funcionales o sociológicos de nuestra arquitectura”. La postura del arquitecto “postmoderno” Peter Eisenman es incluso más extremo y afirma que “No hago la función”. Los arquitectos más conocidos en occidente, como Frank Gehry, Steven Holl, Richard Meier y Ieoh Ming Pei, se ven a sí mismos sobre todo como artistas, con una cierta responsabilidad secundaria de hacer sus edificios funcionales para los clientes y/o los usuarios.
Una mayor preocupación por la vida del hombre. Se mira más al hombre, al que ha de servir la arquitectura, que a la propia arquitectura. La atención del arquitecto no debe limitarse a las estructuras y a la disposición de los ambientes, sino que debe extenderse a los problemas psicológicos y vitales del hombre.
La arquitectura es un fenómeno sintético que incluye prácticamente todos los campos de la actividad humana. En el último decenio, la arquitectura moderna ha sido funcional principalmente bajo el aspecto técnico, subrayando sobre todo el punto de vista económico de la actividad constructiva. Esto ha sido indudablemente útil para la producción de alojamientos para el hombre, pero ha constituido un proceso demasiado costoso, si se considera la necesidad de satisfacer otras exigencias humanas. El funcionalismo no puede pretender ser toda la arquitectura... Si se pudiera desarrollar la arquitectura paso a paso, comenzando por el aspecto económico y técnico, y continuando después con las funciones humanas más complejas, entonces el planteamiento del funcionalismo sería aceptable. Pero esto es imposible. La arquitectura no sólo cubre todos los campos de la actividad humana, sino que debe ser también desarrollada simultáneamente en todos esos campos.

CONCLUSION
La arquitectura es algo vivo, realizado por y para el hombre con unas características propias, con unas necesidades.
Se le atorga a la casa la importancia que debería de tener, reclamando de ella una respuesta total e impecable. Se trata de un programa exclusivamente humano que coloca al hombre en el centro de la preocupación arquitectónica, aunque en la actualidad este pensamiento se haya diluido.
De esta forma concluyo mi pequeña tesina haciendo referencia a Venturi para poder desarrollar una maqueta y un fotomontaje que identifica el cuerpo del trabajo. Venturi insiste en la importancia de aceptar y manipular los elementos convencionales. “Cosas u objetos familiares vistos en un contexto inesperado se convierten en algo perceptiblemente nuevo a pesar de ser viejo.” Por lo que manipulo una tapa de la salida del aire, un objeto a la vista muy funcional y mediante el formato digital le doy otro uso totalmente diferente, el de vivienda. Relacionado de esta forma mi edificio con el funcionalismo y el compromiso con el ser humano –el cuerpo de la tesis-.

FIN
“Lo que ordena aquí la casa de la autosuficiencia que permite al cielo y la tierra, a los dioses y a los mortales formar una única unidad con las cosas. Es eso lo que sitúa la granja mirando al sur, en la ladera de la montaña protegida por los vientos, entre los prados cercanos al manantial, y ala dota de un tejado con ancho voladizo de guijarros, cuya característica pendiente no sólo aguanta el peso de la nieve, sino que desciende hasta abajo para resguardar las habitaciones de las tormentas durantes las largas noches invernales. No olvido el altar en un rincón, detrás de la mesa comunitaria, y halla sitio en la habitación para el sagrado lugar del parto y para el “árbol de los muertos” –pues así llaman aquí al ataúd-, y de ese modo determina, para las distintas generaciones que conviven bajo el mismo techo, el carácter de su viaje a través del tiempo. La habitabilidad artesana, surgida ella misma de la morada, que aún emplea sus herramientas y sus estructuras como si fuera cosas, edifica la casa de labor. “
Lo que intento con este texto, es volver la mirada a un idílico estado preindustrial, intentando regresar a la aldea- al pueblo natal- como muestra de rechazo de la ciudad moderna, creando un mundo imaginario en el cual declaran verdaderamente habitar, y es donde se da de verdad el arraigo, la vuelta al mundo de la infancia.

Y para acabar dejo en el aire las siguientes preguntas: ¿La máquina de habitar cómo? ¿Cómo ayer como hoy? La respuesta no es segura.



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